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Estimados lectores y
seguidores del Blog:
Con mis mejores deseos por su bienestar y felicidad, les
ofrezco afectuosamente como saludo de Navidad, uno de mis cuentos.
J. A. Morasán.
NAVIDAD SIN SANTA “CLOCH”.
Cuando el hastio
merodea por los muros de mi fortaleza, echo mano de innumerables
recursos para neutralizar sus ataques; uno de ellos consiste en
repasar viejos papeles que con mucho celo guardo en un antiquisimo
cofre, heredado por varias generaciones de uno de mis antepasados,
quien en sus ratos libres se dedicaba a hacerle la competencia a
Barbasrojas, Patas de Palo y demás ciudadanos de “Trucial State”.
*
Pues bien, hurgando en
esa pila de papeles, cuya conservación corre a cargo de varias
bolitas de naftalina, colocadas con estrategia digna de un Rommel y
la pintura negra con que he revestido el interior del histórico
mueble, me encontré hace unos dias varios recortes de diarios que me
hicieron revivir una serie de
acontecimientos ya casi olvidados.
Sucedió en una
pequeña ciudad cercana a la capital, cuando un grupo de parroquianos
volvia a sus hogares, después de celebrar a su manera el nacimiento
de Jesús de Nazaret.
Merodeando por la calle vieron a un extraño
sujeto, al que identificaron en el acto y sin más trámite que su
propia iniciativa procedieron a su aprehensión.
El atavio del
misterioso personaje, consistente en una especie de mameluco de
color rojo encendido, zapatos puntiagudos curvados hacia arriba, en especial el par de cuernos que sobresalian encima de sus cejas y
una nariz descomunal, no dejaban lugar a dudas acerca de su identidad
y en ello coincidieron los curiosos, que con gran celeridad acudieron
al Parque Central a donde fue conducido para su exhibición.
En poco menos de un
rato la aglomeración fue tal, que se hizo necesario conducir al
“diablo” hacia el campo de pelota para satisfacer la curiosidad
de la población. La banda regimental, cuyo concierto habia sido
interrrumpido, se unió a la ruidosa manifestación precedida por el
extraño personaje y sus orondos captores, haciendo olvidar por un
momento a la chiquillería su desilusión al no recibir
la acostumbrada visita de Santa “Cloch”, hecho que, dicho sea de
paso, motivó la preocupación de grandes y chicos a escala mundial,
convirtiéndose en noticia de primera plana en todos los diarios del
globo.
Los cientificos
encargados del Programa Pluto II, se hallaban sumamente preocupados,
pues desde hacia varias horas habian perdido el contacto con la nave
lanzada un par de dias atrás.
Von Vogen, Jefe del
Programa, decidió aceitar su “luger” para tenerla lista en caso
de que el proyecto fracasara.
De pronto una
exclamación de júbilo inundó la sala de control al percibir
señales de la nave:
- Bip, bip...bip, bip,...bip, bip...El encargado de las comunicaciones abrió la transmisión:
- bip, bip, bip...bip, bip, bip...bip, bip, bip...Pluto II, reporte ubicación... Pluto II, reporte ubicación... cambio.
- Pluto será su... perdón,... quiero decir,... yo no soy ningún Pluto II.
Con gran dificultad
los hombres alli reunidos lograron mantener los ojos en su sitio y un
murmullo de asombro se fue dando traspies por entre la compleja
maquinaria de la sala de control, pues nadie recordaba haber
instalado en el vehiculo espacial ningún sistema que pudiera
contestar directamente en castellano y menos con tal nitidez en la
pronunciación...!!!???
Cuando el encargado de
comunicaciones logró recuperar un tanto el aliento, continuó:
- Aqui,
ejem...control, llamando a uh... Pluto II... Esto... cambio.
- Ya le dije que no me llamo Pluto, ni comozco a nadie con ese nombre por estos lares; pero, quien es Usted?
- Pues ver verá... ejem... soy el encargado de comunicaciones del Programa Pluto II... este... rastreando las señales de la nave que enviamos rumbo a Plutón. Y a propósito, quien es Usted y qué rayos hace ahi?... cambio.
- Soy nada más y nada menos que el viejito pascual y ahora me explico muchas cosas.En cuanto pueda estar de regreso demandaré a ese pais por hacerme quedar mal con los niños, pues el ruido de ese tal Pluto II hizo desbocarse a mis renos cuando realizaba mi acostumbrada gira anual, viniendo a parar a este desconocido planeta, en donde por fortuna fui bien recibido, tanto que convinimos con el personaje pascuero de acá en intercambiar itinerarios.
El Sumo Pontifice, el
jefe de la NASA y otros altos dignatarios se apersonaron a la pequeña
ciudad en que -de acuerdo con informaciones de la IPU y la NF- habia
sido aprehendido el tipo aquel, en el preciso instante en que la
turba se aprestaba a cobrarle cuentas por las tropelias que desde el
principio de la humanidad habia venido cometiendo.
No fue tarea fácil
hacer desistir de sus propósitos a la enardecida muchedumbre
alentada por varios agitadores profesionales, pero luego de escuchar
lo referente al mensaje recibido aceptaron aplazar la ejecución a
fin de constatar su veracidad.
Requerido que fue el
cautivo acerca de su procedencia, confirmó lo dicho por el buen
“Santa” ante la estupefacción de los circunstantes; pues nadie
se habia preocupado de preguntarle siquiera su última voluntad;
refirió asimismo que no habia dicho ni ZTX, que en buen plutoniano
significa pio, porque confiaba en la proverbial justicia de los
terricolas. (!!!???)
En cuanto el cautivo
fue liberado se dirigió a un sitio en las afueras de la ciudad, en
donde habia posado su nave, a fin de cumplir lo convenido con Santa
“Cloch”, de tal suerte que en ese año los niñõs de la tierra
recibieron juguetes plutonianos y los niños de Plutón obtuvieron
pistolas, cascos de plástico, tanquecitos y carritos blindados a
control remoto, rifles, etc., etc., etc.
Eso derivó por
cierto en que, algunos años después, los plutonianos iniciaran su
campaña expansionista sobre planetas y galaxias vecinas.
*Isla
Tortuga o, de los piratas.
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