Colaboración.
ARPONAZOS 8: Ignorancia y malicia, juntas (ARENA, PDC, PCN, GANA).
Animalada, sinverguenzada, chanchullada, chanchada, aberración anti pueblo… son apenas cinco del sinnúmero de calificativos denigrantes que, mezcla de indignación, impotencia y frustración, lanza el Pueblo Salvadoreño honesto, contra los partidos políticos arena, pcn, pdc y gana (así con minúsculas), ante el vil atropello a su dignidad al aprobar, el pasado 2 de junio, un decreto que obliga a que las sentencias a la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia se den por unanimidad, según ellos para que haya verdadera democracia.
¿Y por qué hasta hoy?, pregunta el ciudadano honesto. Pues, es fácil entenderlo, cuando la experiencia es tan clara al mostrar en la Asamblea Legislativa una clase política aprovechada y en constante contubernio. El pcn y el pdc, así con minúsculas, al enterarse -por el filtrador de siempre- que viene otra sentencia que señala inconstitucionalidad a los cocientes y residuos en las votaciones, corrieron a salirle al paso con este aberrante decreto, porque si se declarare la inconstitucionalidad, sería el final del ganguerismo partidario de algunos, no de todos.
Pero, hay ignorancia supina y malicia extrema cuando emiten un Decreto Transitorio con vigencia hasta julio de 2012, porque entonces ¿de ahí en adelante, al volver las Sentencias por sólo 4 votos, significa que ya no será necesaria la unanimidad para la verdadera democracia? Lo transitorio para un año es, entonces, la más clara dedicatoria a los 4 magistrados capaces y honestos: Jaime, Meléndez, Blanco y González, a quienes otros magistrados de dudoso nivel de conocimientos y honestidad, atacan y vilipendian por su rectilínea actuación en beneficio de la ciudadanía.
Hoy por hoy las sentencias han sido válidas por el voto de 4 de los 5 magistrados. Evidente revanchismo de estos partidos anti populares, queriendo frenar el indetenible avance del proceso democrático, al que los 4 magistrados están contribuyendo de manera profesional, valiente y patriótica. El quinto magistrado actual, un tal señor Castaneda, anodino y con evidentes ambiciones arribistas desde antes, es hoy por hoy un disidente de la Sala, apoyado -lamentable y repudiablemente- por magistrados de otras Salas, acostumbrados a las prebendas y abusos de poder heredados -con apreciables excepciones- de algunos presidentes y magistrados de recientes períodos.
Ignorancia y malicia juntas, los diputados, sin decoro y con total descaro, evidencian que son la antítesis de la verdadera democracia y, peor todavía, la verdadera antítesis de los anhelos de justicia del heroico Pueblo Salvadoreño, listo ya para el repudio masivo a estos desmanes de los partidos políticos. Aparte de la leguleyada contra la dignidad de los salvadoreños y la clara intención de proteger los intereses de las cúpulas partidarias, este decreto vulnera las aspiraciones democráticas de los salvadoreños y volverá más grande la mora judicial. Digna fue, sin embargo, la actitud del diputado de ARENA Guillermo Ávila Qüel, quien por cuestión de principios morales y profesionales, se negó a votar a favor del malhadado decreto, retirándose del pleno en franco desafío a las órdenes de su cúpula partidaria. Sólo queda esperar el “castigo” al diputado Ávila, por su desobediencia partidaria. Sería el acabose.
Políticos derechistas: es tiempo ya de no jugar más con la dignidad e inteligencia de los salvadoreños. ¡BASTA YA!, les grita la sociedad civil. La ciudadanía honrada estará, como siempre, pendiente de estas amenazas para, en el momento oportuno, pasar la factura…
Hace unos minutos, en noticias de última hora, se supo que, antes de 24 horas, el presidente Funes sancionó el decreto y, de inmediato también, se ordenó la publicación en el Diario Oficial, para pronta vigencia del famoso y aberrante decreto. Nada más que comentar… Únicamente que, con mínimas excepciones (los “promotores”, los “aprobadores” y los “favorecidos”), toda la ciudadanía, indistintamente de derechas o izquierdas (ex funcionarios altos, dirigentes políticos, organizaciones civiles, iglesias, obreros…) todos, evidencian indignación y frustrante impotencia… para seguir a la espera, como antes, de más nulidades de la Sala de lo Constitucional, especialmente en próximos casos sonados, como el de los Jesuitas, entre otros. ¡Cosas del “poder”! (RAO).
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